Si te enfadas
tendrás dos trabajos:
enfadarte y desenfadarte.
Si no te enfadas
figuraremos que el paladar
goza de la agria inmundicia que encima
te volcamos.
Si no te enfadas
figuraremos las perforaciones en las áreas
como terroncitos de azúcar achicados
disueltos por ácido
que con dulzura palpas.
Si no te enfadas
como un demonio de tridente y ojos rabiosos y llamarada
figuraremos que los abordajes
de las mortuorios navíos de las sombras
te cubren de tesoros.
Si no te enfadas
es que aguardas como un majara
que las estrellas hablen
y destellen la lengua de arcanos brillantes.
¿Pero quién recibiría tu luz
en caso de que te enfadaras con nosotros
de espejos amos y señores?
Nadie recibiría tu luz
más bien la prenderíamos de nácar vacío
más bien la dejaríamos opacarse
en tu ensanchamiento sombrío y desesperante.