Agentes del FBI son disparados

en las acuosas pantallas

donde fluyen aplanadas realidades poligonales:

el cristal frotándose con otro cristal,

el objeto en relación a lo objetivado:

soy una cosa emitiendo cascadas

de clics.

Ya no hay rostros surcados ni cuerpos accionados

sólo imágenes acumuladas

por trucos de artificio segmentadas

cortes limpios, disyunciones

entre el cero y el uno,

o lo uno o lo otro,

emisión de aturdidos reflejos

expansión del ubicuo ojo

parpadeando desde las claraboyas

de la nave conquistadora.

 

 

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